sábado, 1 de mayo de 2010

CQ Radio, editorial: Acordarse de Santa Bárbara cuando truena

 

Polarizacion Cero: CQ Radio



En el refranero castellano hay numerosas figuras que se refieren a cambios de actitud ante la inminencia de un peligro. Así se habla de verle las orejas al lobo, o cómo acordarse de Santa Bárbara cuando truena. Y será o no casualidad, pero a poco de una serie de eventos meteorológicos acaecidos en nuestro país en las últimas semanas o meses (no nos atrevemos a calificarlos de catástrofes, adjetivo que juzgamos debe reservarse para casos de mucha mayor dimensión), parece como si los poderes públicos empezaran a considerar que en el tema de las comunicaciones de emergencia, acaso sería una buena idea confiar un poco en las gentes que el propio Parlamento Europeo calificó como “valioso recurso”: los radioaficionados.


En efecto, por la Subsecretaría del Ministerio del Interior se ha confeccionado un Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en el que, bajo el epígrafe 1.4.4 se nos menciona específicamente.


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Es de manual que en cuanto las fuerzas de la Naturaleza se desmandan un tanto demasiado, lo primero que sufre las consecuencias son las comunicaciones, tanto físicas como virtuales. No importa si son inundaciones por lluvias o nevadas “impredecibles”, ambas tienen efectos similares para sembrar el caos en las comunicaciones; hemos tenido recientemente ejemplos de ello en Catalunya. No queremos ni pensar que ocurriría en un terremoto de cierta magnitud.



Las primeras interrupciones de las vías de comunicación, carreteras y ferrocarriles, generan inmediatamente un alud de llamadas privadas que colapsa el sistema de telefonía GSM. La caída del sistema de distribución eléctrica arrastra, al poco tiempo, el corte de las comunicaciones telefónicas en amplias áreas, agravando la situación. En esas circunstancias, es esencial activar rápidamente un sistema provisional alternativo de comunicaciones que permita establecer una imagen global del evento y obtener información puntual sobre puntos particularmente afectados.


¿Y cómo se puede lograr eso? ¿Cuál podría ser ese sistema provisional y alternativo de comunicaciones? ¿Dónde encontrar equipos adecuados y operadores capaces? Eso ya se inventó en su día y llegó incluso a funcionar con cierta soltura.


Nos referimos a la Red de Emergencia Radio REMER, dependiente de Protección Civil y por lo tanto del Ministerio del Interior. No es pues, nada parecido a la ARES norteamericana (patrocinada por la ARRL y el RAC canadiense) ni al RAYNET británico (creado en 1953 y precisamente a raíz de una catástrofe natural).


Tradicionalmente, REMER establece y mantiene repetidores en VHF, mientras se ha servido de radioaficionados voluntarios, quienes aportan sus propios equipos.


Y ahí radica una de las contradicciones: las frecuencias de trabajo de REMER están, naturalmente, fuera de los segmentos asignados a los radioaficionados, por lo que éstos se ven forzados a “abrir” sus equipos, contraviniendo el Reglamento, para operar en la red.


Según nuestras fuentes, el funcionamiento actual de las redes REMER y su grado de actividad es diverso en las distintas Comunidades Autónomas e, incluso dentro de éstas, también diferente según la provincia. Mientras en unas pocas mantiene una actividad razonable, en bastantes otras está prácticamente inoperativa por razones diversas, materiales y humanas.


Se nos ocurre que la labor de crear unos grupos de radioaficionados preparados para actuar eficazmente en emergencias, al estilo de los mencionados norteamericano y británico podría ser una espléndida labor para los dirigentes de la próxima URE y que, a fin de cuentas, nos podría dar mucho más prestigio que el alcanzado en oscuras misiones en lejanas tierras.


Xavier Paradell, EA3ALV




*NOTA: Texto publicado en la editorial (Polarización cero) de CQ Radio número, 311 correspondiente al mes de mayo 2010.

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